jueves, 29 de septiembre de 2011

ELISABETH KÜBLER ROSS

ELISABETH KÜBLER-ROSS

   “Morir es tan natural como nacer y crecer, pero el materialismo de nuestra cultura ha convertido este ultimo acto de desarrollo en algo aterrador”.


                                             

“La medicina tiene sus límites, realidad que no se enseña en la facultad. Otra realidad que no se enseña es que un corazón compasivo puede sanar casi todo. Unos cuantos meses en el campo me convencieron de que ser un buen médico no tiene que ver con anatomía, cirugía ni con recetar los medicamentos correctos. El mejor servicio que un médico puede prestar a un enfermo es ser una persona amable, atenta, cariñosa y sensible”.







BIOGRAFIA ELISABETH KÜBLER-ROSS

Nacida en  Suiza, Zúrich; el 08 de Julio de 1926. De nacionalidad suizo-estadounidense. A Elisabeth Bühler- Ross, se le describe como una persona de cuerpo menudo. Estudio medicina en la Universidad de Zúrich en 1957, con la esperanza de poder ir a la India como misionera laica, pero el destino la llevo a Nueva York, donde se mudo en 1958.
En una ocasión enfermó de  neumonía y su experiencia fue una pésima introducción en la medicina hospitalaria. Al conocer esto de su vida, entiendes que la labor de su vida fue precisamente evitar situaciones similares a las que ella vivió en lo personal y que trabajo desde su profesión y con esa sensibilidad humana. Ella habla de que en esa experiencia que vivió, los médicos nunca le hablaron, le hacían pruebas dolorosas sin permiso, estaba en una habitación sin ventanas y con la luz del techo 24 horas y con una niña enferma llamada Suzhy que murió completamente sola. Nadie le explicó nada, ni a la niña ni a ella cuando preguntó dónde estaba su compañera. Era como si la muerte no existiese. Elisabeth Kübler-Ross supo desde muy joven que su misión era la de aliviar el sufrimiento humano y ese compromiso le llevó primero al cuidado de enfermos terminales y posteriormente de enfermos con sida.
En Nueva York Elisabeth empezó a trabajar con enfermos mentales, a pesar de tener pocos conocimientos teóricos de la rama de psiquiatría. A base de escucharlos y de estar con ellos, al cabo de 4 años la mayoría había vuelto ya a emprender una vida autónoma, aceptando sus responsabilidades y sin depender de otros para ello.
Más adelante emprendió su labor como acompañante a enfermos terminales, tanto personas mayores como niños pequeños. Siguiendo el mismo proceso, de escuchar y estar abierta a todo lo que estas personas querían comunicarle, empezó a elaborar un esquema de las fases por las que pasa una persona que se enfrenta a la muerte, o a la pérdida de un ser querido. Dolor, rechazo a la situación, enfado, negociación, aceptación, reconciliación con el proceso. Estos trabajos le valieron el reconocimiento internacional en el incipiente campo de estudio de la teratología: el proceso de morir.
Empezó como residente con pacientes a punto de morir y más tarde fue dando conferencias sobre el tratamiento de moribundos. Toda su obra versa sobre la muerte y el acto de morir y va describiendo diferentes fases del enfermo según va llegando su muerte en el que describe como el  (modelo Bühler Ross: negación, ira, negociación, depresión y aceptación).
A partir de allí sus conferencias se abrieron al objetivo de exponer que, además de la inexcusable importancia del acompañar al enfermo terminal, la posibilidad de la supervivencia de la consciencia después de la muerte era un ámbito de estudio que requería la atención de todos. El deceso no sólo era un hecho que requería aceptación, sino que además era un proceso que había de ser afrontado sin miedo
 Al entrar en contacto con miembros de la psicología transpersonal, Kübler-Ross pudo vivir una serie de experiencias extra corporales y transcendentes que le validaron y confirmaron que lo que le habían dicho muchos de sus pacientes, acerca de seres y visiones que acontecían justo antes del momento de la muerte, eran algo verídico y que cabía tener en consideración, como uno de las etapas de mayor importancia en este proceso.
Kübler-Ross, incansable trabajadora en el campo de la tanatología y del acompañar a personas que se enfrentaban al proceso del tránsito, empezó a estudiar de manera sistemática la posibilidad de la supervivencia de la consciencia, así como el encuentro con familiares ya difuntos, después de una experiencia 'transpersonal' en la que ella misma validó la posibilidad de que la consciencia y el mundo, tal y como se lo había descrito la ciencia médica occidental, no estuvieran encerrados en los límites de un universo mecanicista. De ello surgieron varios informes que dejaban por sentado que la consciencia de la persona que muere sobrevive a final físico, y por encima de todo, dejaba claro la importancia de perder el miedo a este momento, así como la conveniencia de abrirse a la necesidad de que los familiares cercanos a la persona que termina su vida compartan con ella, de forma abierta y aceptante, este momento.
 Como medica psiquiatra, Elisabeth Kübler-Ross es  una de las mayores  expertas mundiales en la muerte, los moribundos y los cuidados paliativos.
Elisabeth ayudó a muchos familiares a manejar su pérdida, a saber cómo enfrentarse a la muerte de un ser querido, les explicó cómo apoyar al moribundo, lo que debía hacerse en esos difíciles momentos y lo que debía evitarse. Bajo su tutela se crearon fundaciones y movimientos ciudadanos que reclamaban el derecho a una muerte digna. Y comenzaron a publicarse libros, gracias a los cuales miles de familias recibieron consuelo.
Al ser pionera en el movimiento de cuidados paliativos y del estudio de la muerte, fue una de las voces que desde el mundo científico defendió con más vehemencia la idea de que la consciencia sobrevive al fin del cuerpo físico.
Hay dos cosas que se hacen condenadamente mal en nuestro mundo: Nacer y Morir.
En muchísimos casos sin conciencia, sin respeto, sin sinceridad, sin ningún sentido de trascendencia, totalmente medicado, en la soledad y frialdad de hospitales y no en el calor de los seres queridos.
En un mundo que vive de espaldas a la muerte, Elisabeth Kübler-Ross vino a descifrar, explicar y dignificar este transito.
Sufrió varios ataques de apoplejía en 1995 que le paralizaron el lado izquierdo. En una entrevista en 2022 con The  Arizona Republic, decía que estaba preparada para morir.
Es la autora de On Death and Dying en 1969), donde expone su conocido modelo de Kübler-Ross por primera vez. En esa y otras doce obras, sentó las bases de los modernos cuidados paliativos, cuyo objetivo es que el enfermo afronte la muerte con serenidad y hasta con alegría, en un ambiente digno.
Se graduó en psiquiatría en la Universidad de Colorado en 1963 y recibió 23 doctorados honoríficos, entre los que se pueden mencionar los siguientes:
Méritos y premios
Doctor of Science, H.C., Albany Medical College, New York 1974
Doctor of Laws, University of Notre Dame, IN.,1974
Doctor of Science, Smith College 1975
Doctor of Science, Molley College, Rockville Center, NY, 1976
Doctor of Humanities, St. Mary's College, Notre Dame, IN. 1975
Doctor of Laws, Hamline University, MN. 1975
Doctor of Humane Letters, Amherst College, MA. 1975
Doctor of Humane Letters, Loyola University, IL 1975
Doctor of Humane Letters, Bard College, New York, 1977
Doctor of Humanities, Hood College, MD 1976
Doctor of Letters, Rosary College, IL. 1976
Doctor of Pedagogy, Keuka College, NY 1976
Doctor of Humane Science, University of Miami, FL 1976
Doctor of Humane Letters, Bard College, NY 1977
Doctor of Science, Weston MA., 1977
Honorary Degree, Anna Maria College, MA., 1978
Doctor of Humane Letters, Union College, New York 1978
Doctor of Humane Letters, D'Youville College, New York 1979
Doctor of Science, Fairleigh Dickinson University, 1979
Doctor of Divinity, 1996

Elisabeth Kubler-Ross falleció en Estados Unidos el 24 de Agosto del 2004, a la edad de 78 años.

“Morir es trasladarse a una casa mas bella, se trata sencillamente  de abandonar el cuerpo físico como una mariposa abandona su capullo de seda”.

                                   




CONCEPTOS DE SU TEORIA

En Nueva York Elisabeth empezó a trabajar con enfermos mentales. Más delante emprendió su labor como acompañante a enfermos terminales, tanto personas mayores como niños pequeños.
Fue formulando su teoría a base de escuchar y estar abierta a todo lo que estas persona quería comunicarle.
Fue así como empezó a elaborar un esquema de las fases por las que pasa una persona que se enfrenta a la muerte, o la pérdida de un ser querido, encontrando las siguientes fases: Dolor, rechazo a la situación, enfado, negociación, aceptación, reconciliación con el proceso.
 Estos trabajos le valieron el reconocimiento internacional en el incipiente campo de estudio de la tanatología: el proceso de morir.
Iniciando su trabajo con pacientes a punto de morir y después dando  conferencias sobre el tratamiento de moribundos. Toda su obra versa sobre la muerte y el acto de morir y va describiendo diferentes fases del enfermo según va llegando su muerte en el que describe como:
El Modelo  Bühler Ross:(negación, ira, negociación, depresión y aceptación).
De esta forma Elisabeth nos habla de : Las Cinco Etapas del Duelo:
Fase 1: Negación y Aislamiento: La negación funciona como un amortiguador después de una noticia inesperada e impresionante, permite recobrarse al paciente y con el tiempo, movilizar otra defensas, menos radicales. Generalmente la negación es una defensa provisional y pronto será sustituida por una aceptación parcial.
Lo que es importante subrayar es que la necesidad de negación existe en todos los pacientes alguna vez, mas al principio de una enfermedad grave que hacia el final de la vida. Luego, la necesidad va y bien, y el oyente sensible y perceptivo reconocerá esto y respetara las defensas del paciente sin hacerle consciente de sus contradicciones.
Generalmente  es un poco mas tarde cuando el paciente utiliza el aislamiento más que la negación. Entonces puede hablar de su salud y su enfermedad, su mortalidad y su inmortalidad, con lo que afronta la muerte pero todavía conserva la esperanza.
Fase 2: Ira: En contraste con la fase de negación esta fase de ira es muy difícil de afrontar para la familia y el personal. Esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones y se proyecta contra lo que les rodea, a veces casi al azar. El paciente se queja y critica todo y a todos, cuando recibe visitas de la familia o amigos los recibe con poco entusiasmo, con lo que el encuentro se convierte en algo violento. La familia responde ante esto con dolor y lágrimas, culpabilidad o vergüenza, lo cual sirve para aumentar la inconformidad y el disgusto del paciente. Pero el problema esta en que pocas personas se ponen en el lugar del paciente y no tratan de entender de donde viene el enojo.
Fase 3: Pacto: Esta etapa es menos conocida y dura breves periodos de tiempo. Es una especie de pacto que posponga lo inevitable. El pacto es un intento de posponer los hechos; incluye un premio ala buena conducta, además fija un plazo de vencimiento impuesto por uno mismo., y la promesa de que el paciente no pedirá mas si se le concede, pero regularmente no cumple pues lo que busca es un aplazamiento. La mayoría de los pactos se hacen con Dios y generalmente se guardan en secreto o se mencionan entre líneas o ante un sacerdote.
Fase 4: Depresión: Cuando el paciente desahuciado no puede seguir negando su enfermedad, cuando se ve obligado a pasa por mas operaciones u hospitalizaciones, cuando empieza a tener mas síntomas o se debilita y adelgaza, no puede seguir haciendo al mal tiempo buena cara. Su insensibilidad, su ira, su rabia serán pronto  sustituidos por una gran sensación de perdida y este estado de animo puede presentar muchas facetas.
Fase 5: Aceptación: Si una persona ha tenido bastante tiempo y se le ha ayudado a pasar por las fases descritas, llegara a una fase en la que su destino no le deprimirá ni le enojara.
No hay que confundirse y creer que la aceptación es una fase feliz. Esta fase es casi siempre desprovista de sentimientos, es como si el dolor hubiera desaparecido y la lucha hubiera terminado.
En esta etapa generalmente es la familia quien necesita mas ayuda, comprensión y apoyo que el propio paciente. Ya que el paciente ha  encontrado cierta paz y aceptación.
Elisabeth Kübler-Ross en su teoría describe que el ser humano esta constituido por 4 cuadrantes: el físico, el emocional, el intelectual y el espiritual.
1) El cuadrante físico hace referencia a que es de vital importancia que en el primer año de vida una persona sea: tocado , besado o abrazado es como una casa sin cimientos. Pero esto que resulta importante en el primer año cobra importancia también en el último año, puesto que un anciano necesita  ser: tocado, besado y abrazado, pues se presenta en el una necesidad de afecto.
En conferencias Elisabeth hablaba de que en su trabajo en asilos, su objetivo era convertir dichos asilos en centros de amor y cariño, donde la única remuneración que se reciba sea la de mimar a un niño hasta que muera. No comprándole juguetes sino poniéndole en el regazo, contándole cuentos de hadas, acariciándolos, tocándolos, cantando con ellos, contando historias del pasado. Así los niños comenzaran sus vidas conociendo un amor sin condiciones, por parte de las personas ancianas. Pero el beneficio seria mutuo, ya que los niños hacen por los ancianos para prevenir la vejez, la amargura y la senilidad prematura es tocarles las arrugas.
Elisabeth decía: si usted cuida o trabaja con pacientes terminales o si es medico y trabaja en un hospital debe tener en cuenta el cuadrante físico, no se preocupe de entrada por el espiritual o el emotivo.
2) El cuadrante emotivo tiene que ver con el reconocimiento y expresión de todas nuestras emociones y sentimientos, la forma de comunicarlos a las personas.
3) El cuadrante intelectual en el nos habla de que cuando una persona fue criada de forma natural y con presencia del cuadrante físico, desarrollara el cuadrante intelectual; le gustara estudiar, le gustara ir a la escuela y buscara desarrollarse.
4) El cuadrante espiritual: para la autora este no tiene que ver con religión. Es la fuente de Dios que hay dentro de nosotros, si abrimos nuestro propio cuadrante espiritual, nos volveremos intuitivos y seremos sensibles al dolor. La cabeza comete errores, la intuición siempre acierta.
“El conocimiento va muy bien, pero el conocimiento solo no va a sanara a nadie; si no se usa la cabeza, el alma y el corazón, no se puede contribuir a sanar ni a un solo ser humano.”
Para la autora la aflicción y el dolor ante perdidas importantes es un conjunto de procesos erróneamente tratado, que bloquea nuestro potencial de crecimiento, mientras que una adecuada elaboración del duelo incrementa la fortaleza para afrontar lo positivo y lo negativo en el presente y en el futuro de nuestra existencia.
Cada perdida importante, puede ser también una oportunidad de transformación creativa, si podemos integrar la amplia y profunda gama de sentimientos, emociones, actitudes, creencias, ideas, omisiones y acciones implicadas en el proceso.
La propuesta es "complicadamente simple: "conocer más y mejor los procesos de duelo, para facilitarnos y facilitar transformaciones saludables del conjunto de pensamientos, emociones y comportamientos asociados a la pérdida. Ello nos permite acompañar con calidad; humanizar la atención a las personas que sufren..., empezando por uno mismo”.
Elisabeth decía que: “Durante toda la vida se nos ofrecen pistas que nos recuerdan la dirección que debemos seguir. Si no  prestamos atención, tomamos malas decisiones y acabamos con una vida desgraciada. Si ponemos atención, aprendemos las lecciones y llevamos una vida plena y feliz, que incluye una buena muerte”.
Desde su enfoque humanista Elisabeth hablaba de la importancia de brindar al enfermo terminal cuidados paliativos y ayudarle a vivir un proceso y una muerte digna; con conciencia, con respeto, sin la soledad y frialdad de los hospitales, sino al calor de los seres queridos.
De ahí que cuando trabajaba con los moribundos y sus familias les compartía la siguiente frase.
“Morir es trasladarse a una cas más bella, se trata sencillamente de abandonar el cuerpo físico como un amariposa abandona su capullo de seda”.
Las experiencias científicas de la doctora Kübler-Ross permiten confirmar la existencia de una vida después de la muerte. Sólo se trata del pasaje a un nuevo estado de consciencia en el que se continúa existiendo, comprendiendo, y en el que el espíritu tiene la posibilidad de proseguir su crecimiento.



ALGUNOS LIBROS  ESCRITOS POR ELISABETH KÜBLER-ROSS






                                                                                                                                                                                                       

LI                                OSS                                                                                                                                                     
Bibliografía:

Libro: “Sobre la muerte y los moribundos… Alivio al sufrimiento psicológico"
Biografía de Elisabeth Kubler- Ross
Artículo sobre la Conferencia: “Muerte, transición y vida “  de Elisabeth Kübler Ross.
Artículo sobre Conferencia: “Los procesos de duelo ante pérdidas significativas” de Elisabeth Kübler Ross.
 Artículos  vía internet sobre la biografía, vida y modelo de Elisabeth Kübler Ross.
          
                   
"Aunque estoy muerto, no me llores con lágrimas,
no pienses en la muerte con miedo y con tristeza
porque yo estoy tan cerca que cada lágrima que viertes
me alcanza y me tortura, aunque me creas muerto.
Pero cuando ríes y cantas en alegre gozo
mi alma se eleva hacia la Luz.
Ríe y sé feliz por todo aquello que te da la Vida,
y yo, aunque muerto, compartiré tu alegría viviendo".
( Anónimo )

Martha Gricelda Aguilar Félix

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